Así se llama un paraje cerca del pueblo de Palomera siguiendo el arroyo de la Rambla, afluente del río Huecar, que en esta época si tiene algo de agua, por lo que para llegar al paso de los carros tendremos que cruzarlo varias veces.
Como se ve en las fotos es un paso entre las rocas, por donde hay que subir con la bici y al final del todo tenemos un escalón para poder continuar nuestra ruta por el Vallejo de la Lobera.
Este paso es el preámbulo de un viaje en el tiempo, porque siguiendo por este valle por una senda que serpentea entre los pinos, muy fácil de subir y con una densa vegetación que tapa el sol totalmente. Entramos en un paisaje que inspira a imaginar historias antiguas donde hacer emboscadas o perderse y esconderse entre los troncos y arbustos.
Esta senda nos lleva a un camino que sigue subiendo, y aunque la pendiente no es muy fuerte, al final se hace duro.
Para finalizar el ascenso nos encontramos con una manada de vacas y toros que nos cortan el camino.
Una vez sorteados volvemos a Cuenca con el espíritu renovado y pletórico de naturaleza.
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| Vallejo de la Lobera |
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